Al acercarse la segunda mitad del siglo, es probable que los Estados Unidos experimenten aumentos en el número de días con calor extremo, la frecuencia y duración de las olas de calor y la duración de la temporada de crecimiento. En respuesta, se prevé que las necesidades sociales, agrícolas y ecológicas aumentarán la demanda de recursos naturales ya tensos, como el agua y la energía. Los investigadores de la Universidad de Illinois han desarrollado nuevos modelos climáticos de alta resolución que pueden ayudar a los responsables de las políticas a mitigar estos efectos a nivel local.
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