Recuerdo cuando era niño y vivía con la ilusión del 6 de enero, todo niño lo sabe, pero cuando creces te enteras de la realidad, el primer impulso es negar lo que te dicen, el segundo es entristecerte hasta que das el paso y llegas a la aceptación. De esta forma me sentí hace dos semanas cuando platicaba con unos amigos en una charla de café y uno comentó que por primera vez en toda la historia en que el ser humano (homo sapiens) ha estado en la faz de la Tierra hemos rebasado las 400 ppm (partes por millón) de concentraciones de CO2 (bióxido de carbono).
Me gustaría explicar un poco más esta noticia. Diversas investigaciones de cientos de científicos alrededor del mundo mostraban que la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera (uno de ellos es el CO2) sería uno de los principales problemas que el ser humano enfrentaría en el siglo XXI y que debíamos sumar esfuerzos entre países, empresas y comunidades para ponernos como meta “No sobrepasar” las 350 ppm, de esta forma el ser humano aún podría establecer formas de mitigación que estarían a su alcance, y establecer en algunas zonas adaptación ante lo eminente, ya que de tener una concentración mayor de 350 ppm el planeta comenzaría a mostrar cambios más bruscos, los cuales no conocemos, porque nunca habíamos estado como seres humanos en un atmósfera similar.