La mayoría de los organismos vivos adaptan su comportamiento al ritmo de día y de noche. Las plantas no son una excepción: las flores se abren por la mañana, algunas hojas de los árboles se cierran durante la noche. Los investigadores han estado estudiando el ciclo de día y noche en las plantas durante mucho tiempo: Linneo observó que las flores en un sótano oscuro continuaron abriendo y cerrando y Darwin registró el movimiento durante la noche de las hojas de plantas y tallos y lo llamaron "el sueño".
La mayoría de los organismos vivos adaptan su comportamiento al ritmo de día y de noche. Las plantas no son una excepción: las flores se abren por la mañana, algunas hojas de los árboles se cierran durante la noche. Los investigadores han estado estudiando el ciclo de día y noche en las plantas durante mucho tiempo: Linneo observó que las flores en un sótano oscuro continuaron abriendo y cerrando y Darwin registró el movimiento durante la noche de las hojas de plantas y tallos y lo llamaron "el sueño". Pero aún hoy en día, este tipo de estudios sólo se han realizado con pequeñas plantas cultivadas en macetas, y nadie sabía si los árboles duermen así. Ahora, un equipo de investigadores de Austria, Finlandia y Hungría mide el movimiento del sueño de árboles adultos utilizando series de tiempo de nubes de puntos de escaneo láser, que consisten en millones de puntos cada uno.
Los árboles se inclinan sus ramas en la noche
"Nuestros resultados muestran que todo árbol se inclina durante la noche, lo cual puede ser visto como el cambio de posición de las hojas y las ramas", dice Eetu Puttonen (finlandés del Instituto de Investigación Geoespacial), "Los cambios no son demasiado grandes, sólo hasta 10 cm para árboles con una altura de unos 5 metros, pero son sistemáticos y caen dentro de la exactitud de nuestros instrumentos".
Para descartar efectos del clima y la ubicación, el experimento se realizó dos veces con dos árboles diferentes. El primer árbol fue examinado en Finlandia y el otro en Austria. Ambas pruebas se realizaron cerca del equinoccio solar, bajo condiciones de calma sin viento o condensación. Las hojas y las ramas se dejan caer poco a poco, con la posición más baja alcanzada un par de horas antes del amanecer. Por la mañana, los árboles volvieron a su posición original dentro de unas pocas horas. No está claro aún si fueron "despertados" por el sol o por su propio ritmo interno.
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Crédito de la imagen: Eetu Puttonen