Nuevos datos de satélites de la NASA confirman lo que otras investigaciones han demostrado, a saber, que el agujero en la capa de ozono parece estar cada vez más pequeño.
El ozono es crucial para nosotros aquí en la Tierra, ya que nos protege de algunas de las radiaciones más perjudiciales del sol. En la década de 1980 se confirmó que una gran cantidad de productos químicos como los Cloro Fluoro Carbonos (CFCs) que habíamos estado utilizando en la industria y en particular en los aerosoles, había estado consumiendo la capa de ozono, creando varios agujeros, incluyendo una preocupante gran agujero sobre el Ártico. A largo plazo el uso de CFCs amenazó con destruir este escudo vital completamente si no actuamos.
Nuevos datos de satélites de la NASA confirman lo que otras investigaciones han demostrado, a saber, que el agujero en la capa de ozono parece estar cada vez más pequeño.
El ozono es crucial para nosotros aquí en la Tierra, ya que nos protege de algunas de las radiaciones más perjudiciales del sol. En la década de 1980 se confirmó que una gran cantidad de productos químicos como los Cloro Fluoro Carbonos (CFCs) que habíamos estado utilizando en la industria y en particular en los aerosoles, había estado consumiendo la capa de ozono, creando varios agujeros, incluyendo una preocupante gran agujero sobre el Ártico. A largo plazo el uso de CFCs amenazó con destruir este escudo vital completamente si no actuamos.
Afortunadamente, y en una medida que podría parecer bastante rara hoy en día, los políticos escucharon a los científicos y en 1989 el Protocolo de Montreal entró en vigor como un acuerdo internacional para reducir drásticamente los CFCs y eliminarlos gradualmente por completo. El Protocolo de Montreal no era y no es una solución perfecta, como hemos detallado anteriormente aquí, pero al menos es un paso en la dirección correcta. Por desgracia no hemos sido capaces de medir el impacto de nuestros esfuerzos, hasta ahora.
Un nuevo informe basado en los datos obtenidos por satélite AURA de la NASA muestra una tendencia a largo plazo que, salvo contratiempos imprevistos, muestra que el agujero sobre el Ártico se reduce a menos de 8 millones de millas cuadradas dentro de los próximos treinta años. Por el momento el agujero es de unos 12 millones de millas cuadradas, por lo que representa un ritmo rápido de reparación. Lo que es más, la tasa de reparación sugiere que el agujero podría desaparecer por completo a finales del siglo 21.
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Imagen de la Capa de ozono via ClimateDiscovery.