A las plantas de energía de Europa, que usan carbón, se les permitirá emitir contaminantes más letales que sus notorias contrapartes chinas, según las propuestas de la Unión Europea (UE) para la nueva normativa de calidad del aire, fuertemente influenciadas por intereses de los grandes productores de energía, de acuerdo con una nueva investigación.
Una investigación de Greenpeace ha encontrado que actualmente se debaten nuevos límites de contaminación de las plantas eléctricas de carbón por parte de la Unión Europea y que son...
A las plantas de energía de Europa basadas en carbón, se les permitirá emitir contaminantes más letales que sus notorias contrapartes chinas, según las propuestas de la Unión Europea (UE) para la nueva normativa de calidad del aire, fuertemente influenciadas por intereses de los grandes productores de energía, de acuerdo con una nueva investigación.
Una investigación de Greenpeace ha encontrado que actualmente se debaten nuevos límites de contaminación de las plantas eléctricas de carbón por parte de la Unión Europea y que son significativamente más débiles que los existentes en China, así como varias veces más débiles que lo que ya se han logrado por las plantas menos contaminantes en otras economías desarrolladas, incluidos los EE.UU. y Japón.
Greenpeace también ha revelado pruebas de que el Reino Unido y otros gobiernos de la UE han puesto representantes de algunas de las industrias más contaminantes a cargo de la elaboración de las nuevas normas de contaminación del aire.
Los resultados vienen a raíz de una advertencia de vigilantes del medio ambiente de Europa, de que cientos de miles de personas podrían morir de forma prematura en la UE durante las próximas dos décadas si los Estados miembros no pueden hacer frente a la contaminación del aire.
Los humos tóxicos de las centrales eléctricas de carbón de la UE causaron unas 22.300 muertes prematuras en 2010. Otro estudio adjudica al Reino Unido unas 1600 por año. Además de ser la mayor fuente de emisiones de mercurio en Europa, las plantas de carbón liberan una serie de otras sustancias tóxicas, como el dióxido de azufre y óxido de nitrógeno, que son extremadamente perjudiciales para la salud humana.
Al comentar sobre los hallazgos, Lawrence Carter, activista de energía en Greenpeace UK dijo: "Este es un caso clásico del zorro cuidando el gallinero. Al dejar a los grandes contaminadores para que elaboren nuevas reglas de contaminación del aire, los ministros de la UE y el Reino Unido son culpables de negligencia en el cumplimiento del deber colectivo.
"Las emisiones tóxicas están matando a miles de personas en toda Europa cada año, pero en vez de reprimir a los contaminadores, los políticos están permitiendo que se anteponga el beneficio sobre la salud pública. El pueblo del Reino Unido ahora podría terminar pagando con su salud el que nuestro Gobierno venda a los grandes intereses de la energía a base de carbón, un tema de vital importancia como es la calidad del aire ".
En su nuevo informe, “Smoke and Mirrors”, Greenpeace expone por primera vez el nivel de infiltración industrial que impregna el proceso encargado de elaborar los nuevos estándares. En varios países de la UE, entre ellos el Reino Unido, los organismos encargados de la elaboración de las nuevas normas están fuertemente dominados por la mayoría de los grupos de presión de la industria, que representan más de la mitad del número total de los miembros de grupos de trabajo en toda la UE (183 de 352) .
Air pollution image via Shutterstock.
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