Koko la gorila, es más conocida por un estudio de toda la vida en el que se le enseña una forma silenciosa de comunicación: el lenguaje de señas americano. Pero algunos de los sonidos simples que ha aprendido pueden cambiar la percepción de que los seres humanos son los únicos primates con la capacidad para el habla.
En 2010, Marcus Perlman comenzó el trabajo de investigación de la Fundación Gorila en California, donde Koko ha pasado más de 40 años viviendo con los seres humanos, que interactúan durante muchas horas cada día con Penny Patterson, psicóloga, y el biólogo Ronald Cohn.