Las revelaciones que Volkswagen, el segundo fabricante de automóviles más grande del mundo, había hecho trampa rutinariamente en las pruebas de emisiones de Estados Unidos, ha atraído la atención hacia el impacto sobre medio ambiente y la salud de los coches.
Mientras que los estados miembros de la Unión Europea (UE) como el Reino Unido, consideran abrir una investigación sobre la empresa asediada, funcionarios de la Comisión Europea están revisando el Libro Blanco de 2011 para el transporte, su principal guía política para el sector.