Un estudio reciente publicado en el Journal of Environmental Sciences (JES) muestra que las células madre embrionarias podrían servir de modelo para evaluar los efectos fisiológicos de los contaminantes ambientales de manera eficiente y rentable.
El uso de células madre ha encontrado otra aplicación. En el mundo en que vivimos hoy en día, las personas están constantemente expuestas a sustancias artificiales creadas por diversos procesos industriales. Muchos de estos materiales, cuando se exponen a los seres humanos, pueden causar enfermedades agudas o crónicas. Como consecuencia, las pruebas validadas de toxicidad para hacer frente a la peligrosidad potencial de estos contaminantes, se han convertido en una necesidad urgente.