Para el salmón rojo silvestre, el viaje río arriba desde el océano a sus lugares de desove está lleno de peligros y dificultades. Pero cuantificar exactamente cómo impacta la supervivencia de los peces los obstáculos del camino, las fluctuaciones de la temperatura del agua y otros factores, ha eludido largamente a los investigadores. Los nuevos avances en los sensores biológicos colocados como etiquetas, están permitiendo a los científicos medir con precisión la energética de los animales, sus interacciones con los seres humanos y sus respuestas a los ambientes rápidamente cambiantes.
En 2014 por ejemplo, Nicholas Burnett y sus colegas usaron acelerómetros para medir qué tan rápido es necesario nadar al salmón con el fin de salvar una presa en la cuenca Seton-Anderson de la Columbia Británica, Canadá y la probabilidad de que iban a sobrevivir el resto de su viaje. Encontraron que cuando el salmón recurre a la natación anaeróbica intensa, fueron significativamente más propensos a morir días o incluso horas después.