Mientras los esfuerzos internacionales para evitar que las menguantes poblaciones de las mariposas monarca sigan desapareciendo, los científicos están preocupados acerca de cómo el mal tiempo y la pérdida del hábitat en las tierras de invernadero de México les están afectando.
Mientras los esfuerzos internacionales para evitar que las menguantes poblaciones de las mariposas monarca sigan desapareciendo, los científicos están preocupados acerca de cómo el mal tiempo y la pérdida del hábitat en las tierras de invernadero de México les están afectando.
Cada año, los monarcas se embarcan en una épica migración multigeneracional que los lleva a miles de millas de Canadá y los EE.UU. en busca de sitios en California y México. Los abetos en las regiones del sur ofrecen el refugio y calor que necesitan para sobrevivir el invierno.
Por desgracia, estos bosques vitales en México han sido amenazados por la tala ilegal y ahora las tormentas han destruido cientos de acres de hábitat, mientras que se cree que el mal tiempo ha matado a un estimado de 6,2 millones de estas mariposas icónicas.
"Dado que los bosques proporcionan el microclima necesario para las mariposas para sobrevivir el invierno, la tala ilegal debe ser erradicada y las zonas degradadas necesitan ser restauradas," dijo Omar Vidal, director general de World Wildlife Fund (WWF) México. "Esto ayudaría a la mariposa monarca para adaptarse mejor a los fenómenos climáticos extremos y también proporcionar a las comunidades locales con alternativas económicas sostenibles."
Según WWF, mientras que se cree que la tala ilegal ha disminuido significativamente en el último año, la degradación del hábitat sigue siendo un problema y ahora el cambio climático supone otro problema.
Estas mariposas frágiles ya se enfrentan a las altas tasas de mortalidad a lo largo de su ruta desde otras amenazas que van desde los depredadores y parásitos a una pérdida de hábitat a lo largo de su ruta migratoria. Ellas viajan al norte en la primavera en busca de plantas de algodoncillo, la única planta en que las monarca ponen sus huevos y sus orugas comen. Sin embargo, estas plantas están siendo destruidas por el herbicida glifosato, que se rocía en los campos donde se cultivan las cosechas de maíz y soja genéticamente modificados.
Según la Sociedad Xerces, en la década de 1990, un estimado de mil millones de monarcas hicieron esta migración, pero en los últimos 15 años, se han perdido millones de acres de hábitat y el número de monarcas ha disminuido de forma constante en un 80 por ciento o más, en algunas estimaciones.
La buena noticia es que estas mariposas no están exentas de defensores que trabajan para ayudarles a recuperarse. Hay personas que están trabajando individualmente en sus jardines y en las comunidades para mejorar el hábitat de la mariposa. Las organizaciones de conservación están trabajando en otras medidas, incluyendo la búsqueda de estatus de especie en peligro de extinción para las monarca y trabajando en la restauración del hábitat.
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Crédito de la imagen: Thinkstock